domingo, 31 de julio de 2016

Pasando revista a la semana #163

  Se acabó julio. Hoy despedimos al que para mí ha sido un gran mes, lleno de cosas, de trabajo y de talleres pero también de tiempo para leer y disfrutar. Y para reorganizar mi estudio, que falta le hacía: me he puesto este finde (de hecho, por eso esta entrada sale hoy tan tarde y sin sorteos ni nada) y todavía no he terminado, así que ¡menuda semana me espera!
 

#RETODEESTASEMANA


   Esta semana he tenido mucho tiempo para leer, así que me ha cundido. He seguido avanzando en El caso de la profesora desaparecida y Geronimo Stilton en el Reino de la Fantasía, he acabado Madre in Spain y Crypta, he leído En un rincón del alma y Sapere Aude y he empezado El método 15/33. Así que muy contenta de haber cumplido con mi reto.
  Mañana empieza un nuevo mes y quiero leer El niño terrible y la escritora maldita, de Jaime Bayly, y Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido, de Paloma Sánchez Garnica. Además de continuar con todas las lecturas que tengo empezadas, claro.

 

ENTRADA MÁS LEÍDA ESTA SEMANA


 Las dos reseñas más visitadas de la semana son reseñas antiguas y, además, me resulta un poco extraño que estén encabezando el ranking, pero así es. La primera es la reseña de Mientras agonizo y la segunda, la de Mensaje cifrado, dos buenas novelas, cada una en su estilo y su grupo de edad.

NUEVOS HABITANTES


   Esta semana me ha llegado este libro, al que le tengo tantas ganas, para reseñar para Anika entre Libros.
   ¡Feliz semana!
  Nos seguimos leyendo.

viernes, 29 de julio de 2016

"Enlazados", de Rainbow Rowell: una historia de amor cibernético en pleno cambio de siglo

   Hoy rescato otra reseña de Anika entre Libros que habla de un libro que me gustó mucho. No había leído nada de la autora y he de decir que me tocó. Repetiré, seguro.


Título: Enlazados
Título Original: (Attachments, 2011)
Autor: Rainbow Rowell
Editorial: Alfaguara Infantil y Juvenil Colección: Biblioteca Indie

Copyright:
© Rainbow Rowell, 2011
© Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U., 2016
Traducción: Victoria Simó Perales
Edición: 1ª Edición: Febrero 2016
ISBN: 9788420483382
Tapa: Blanda
Etiquetas: amor, crossover, espionaje, informática, juvenil romántica, literatura estadounidense, novela, padres e hijos, 17 años, 18 años, 15 años, 14 años, 16 años, literatura juvenil, opera prima, crisis vital, e-mails, matrimonio, embarazo, maternidad, parejas, madurez, aborto, soledad
Nº de páginas: 464

Argumento:

  Lincoln vive en casa de su madre y tiene un trabajo que no le gusta: espiar los correos de sus compañeros. Beth y Jennifer son dos de esos compañeros cuyos emails han de ser controlados porque hacen saltar las alarmas de seguridad continuamente con sus temas personales. Y esos temas personales serán, precisamente, los que hagan que Lincoln se sienta involucrado en la vida de las dos chicas sin ni siquiera conocerlas, sin haberlas visto nunca. Involucrado hasta el punto de enamorarse de una de ellas. ¿Conseguirá que ella también se enamore de él?

Opinión:


  No había leído nada de Rainbow Rowell, una de las escritoras de literatura juvenil y romántica más vendidas últimamente, y lo cierto es que esta novela, su primera obra, anterior a "Eleanor & Park", la que más fama le ha dado, es una delicia. Es una novela ágil y sin grandes pretensiones que, sin embargo, tiene un estilo cuidado y un uso de los elementos narrativos muy interesante.
  Quizá el elemento narrativo más destacado en ella sean los personajes. Rowell es capaz de dibujar con profundidad y una tremenda humanidad personajes que podríamos considerar antihéroes si los juzgáramos por el momento de estancamiento que viven cuando los conocemos y por los reveses que les ha dado (o les va a dar a lo largo de la novela) la vida. La autora es capaz de hacernos empatizar desde la primera línea con los tres personajes principales de la novela: Beth, Jennifer y Lincoln. Tres personas que tienen en común trabajar en el mismo periódico y que comparten e-mails. Solo que Beth y Jennifer sí son conscientes de ese intercambio pero no de que Lincoln lee lo que escriben.
  Y es que Lincoln, informático de la empresa, es el chico que se dedica a espiar los correos electrónicos de sus compañeros cuando lo que escriben hacen saltar las alarmas. Un trabajo que no le satisface que, desde luego, no está a la altura de su intelecto y que, además, le proporciona no pocos dilemas morales.
  Este argumento hace posible una estructura que contribuye a que la lectura sea ágil y que la intriga no decaiga: la historia nos llega a través de una serie de capítulos narrativos con una voz narradora en tercera persona que se centra únicamente en el personaje de Lincoln. Pero estos capítulos están salpimentados por los mails que intercambian Jennifer y Beth y que Lincoln lee. De esta manera, en realidad vamos desgranando la trama siempre desde el punto de vista de Lincoln, de lo que Lincoln sabe, descubre, ve y siente. Aunque, obviamente, Jennifer y Beth también se van desnudando en sus correos y hablan de un sinfín de hechos cotidianos que nos permiten ir conociendo también a estos dos personajes. Pero si no hay mails, no hay historia de Beth y Jennifer y así ocurre en un momento concreto de la novela en el que hay un silencio por parte de estos dos personajes que inquieta tanto a Lincoln como al propio lector.
  Estos tres personajes principales están acompañados por un elenco de secundarios que no les van a la zaga en cuanto a humanidad y profundidad. Así, Rowell nos presenta un universo actual (aunque el libro está ambientado justo en el cambio de milenio, con la sombra del Efecto 2000 planeando sobre sus cabezas) en el que los personajes aparecen retratados con gran realismo.
  Más allá de la historia de amor cibernética y de la gran cuestión de la obra (¿se puede amar a alguien a quien no has visto nunca?), la autora introduce otra serie de temas interesantes para el lector como la dependencia emocional entre padres e hijos, el sentimiento maternal o la reflexión sobre esos momentos de la vida en los que nos quedamos atascados (en nuestras relaciones o en nuestras rupturas, en nuestros trabajos, en nuestra aparente felicidad que, en realidad, no es más que rutina y vacío) y cómo salir de ellos.
Aunque la obra esté considerada como literatura juvenil, lo cierto es que la autora nos presenta aquí a unos personajes jóvenes pero no adolescentes (unos veintitantos años) profesionales, con parejas y una vida que empieza a estar asentada (o eso creen ellos), por lo que, en realidad, gustará a todo tipo de lectores, también adultos.
  En definitiva, Rowell nos ofrece una historia tierna y humana, con unos personajes encantadores y muy reales, que viven situaciones cotidianas pero también extraordinarias y que nos hablan de nosotros mismos, de lo que sentimos, de nuestras dudas, de nuestras esperanzas y de nuestras razones para amar.
   Enlace a la reseña original.
   Nos seguimos leyendo.


jueves, 28 de julio de 2016

"Madre in Spain", de Señorita Puri: una visión de la maternidad desde el sarcasmo y el humor

http://www.megustaleer.com/libro/madre-in-spain/ES0144833



Título: Madre in Spain
Autora: Señorita Puri
Editorial: Plaza&Janés
Género: novela contemporánea, humor
Páginas: 128
Publicación: Abril 2016
ISBN: 9788401017384


  Ser madre es muy duro (y ser padre también; aquí no se libra nadie). Te pasas el día poniendo lavadoras y planchando y al final se te pone el brazo hiperdesarrollado como a Popeye. Cuando me siento a hablar con mis amigas sobre cine o televisión, si alguna me pregunta cuál es mi programa favorito, le respondo que el de prendas delicadas. Ya no salgo por ahí porque me caigo de sueño por las esquinas. Mi fiesta de la espuma es el baño de los niños y, si me coronasen como Miss Camiseta Mojada, solo sería por la cantidad de lavadoras que pongo. Y de sexo, mejor ni hablamos: cuando tienes críos, tu concepto de pasarlo bien en bolas es ir a la piscina de un Chiquipark, y echar un polvo mañanero es preparar el biberón de la niña.

En Madre in Spain me río de todo esto y de mucho más porque, admitámoslo, los niños son maravillosos, pero mucho más cuando son de otros.
   No quiero que se me acabe el mes del humor sin reseñar esta novelita con la que tanto me he reído. Es la primera que leo firmada por Señorita Puri (y mira que le tengo ganas a las dos anteriores, pero de momento nada), aunque la sigo a través de Twitter y ya me imaginaba yo que lo que iba a leer me iba a gustar. Afortunadamente, esta me tocó en un sorteo organizado por De lector a lector, lo recibí y lo he disfrutado de dos bocados.
   Porque eso es lo primero que hay que decir: es poco más que un bocado. Entre que no tiene demasiadas páginas y que es tan divertido... se lee en un suspiro. Es como un buen helado: cuando te quieres dar cuenta, ya se ha terminado.
    Ya he dicho más de una vez que no soy muy fan del humor, porque me cuesta mucho reírme con lo que suele hacer gracia a todo el mundo, pero he de confesar que Señorita Puri consigue que lea con una sonrisa perpetua en los labios y hasta que me eche mis buenas carcajadas. Y no soy la única: le dejé este libro a una amiga que necesitaba un poco de humor en su vida y me lo devolvió encantada.
    ¿Y dónde reside el éxito del humor de Señorita Puri? Yo creo que las claves están, primero, en la cercanía. No me creo que no haya una sola madre en el mundo mundial que se no se sienta identificada con las tribulaciones de la Puri protagonista de la novela. Describe situaciones tan cotidianas, tan cercanas, tan habituales (y, por lo tanto, tan aparentemente alejadas de la literatura) que es casi como si protagonizaras algunas de sus aventuras (contadas, además, en forma de sketch). La identificación y la empatía funcionan, pues, a la perfección y consiguen no solo que te pongas en la piel de Puri, sino que te rías de lo que le ocurre. Y, con ello, que te rías un poco de ti misma y de tus desgracias diarias.
   Segundo, en la honestidad y la exageración. La autora sabe contar la vida cotidiana con humor, sabe enfocar un problema o un error o un enfado o uno de esos momentos en los que te sientes fuera de lugar desde el lado positivo (ojo, que eso no quiere decir que sea todo happy-happy; su ironía roza la crueldad en determinados momentos) y, sobre todo, humorístico. En este sentido, podemos decir que es honesta, porque retrata la vida de casi cualquiera pero, obviamente, también  utiliza la exageración como recurso humorístico.
  Tercero, en que no se muerde la lengua y dice las cosas como hay que decirlas, sin medias tintas. Se olvida de eufemismos, convenciones y buena educación para llamar a las cosas por su nombre. Y eso también hace que roce, en algunos momentos, la crueldad (la escena de las "morropato" es un buen ejemplo).
   Cuarto, la ironía. Es uno de los factores que más me gusta de la Señorita Puri tuitera (junto con el anterior) así que la he disfrutado por partida doble (o triple, o cuádruple) en la novela, por muy corta que sea.
 Quinto, el contrapunto entre el enfoque que siempre se le da a la maternidad (completamente idealizada) y el que adopta la autora, mucho más cercana a la dolorosa realidad. Y eso no quiere decir que no queramos a nuestros hijos, que conste. Pero sí es verdad que la maternidad es maravillosa aunque (y eso no nos lo cuentan casi nunca) duele, ocupa mucho tiempo y espacio, es cara, quita el sueño y cambia totalmente las dinámicas familiares. Vamos, que da la vuelta a la vida como un calcetín.
  Y creo, además, que las ilustraciones son el complemento perfecto de la obra, tan divertidas y llenas de color.
     Así pues, he disfrutado mucho con esta visión sarcástica de la maternidad y me he reído muchísimo. Y aunque comparto todo (o prácticamente todo) lo que dice no es verdad que los hijos maravillosos sean los de los demás. A mí ser madre me hace muy feliz aunque también me hace todo lo que cuenta Señorita Puri. Creo que ambas cosas pueden darse al mismo tiempo. ¿O es que no se puede ser feliz con una pierna peluda y la otra no? Y al que no le guste, que no mire.
     Nos seguimos leyendo.
   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto 100 libros: 81/100

miércoles, 27 de julio de 2016

"El día que los crayones renunciaron", de Drew Daywalt y Oliver Jeffers: un divertidísima y cercana historia



Título: El día que los crayones renunciaron
Autor: Drew Daywalt
Ilustrador: Oliver Jeffers
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Género: álbum ilustrado, humor
Páginas: 40
Publicación: 2014
ISBN: 9786071618122

 Un día, en la escuela, Duncan encontró un montón de cartas para él. Eran sus crayones que, molestos por el trato que recibían, decidieron escribir cartas como ultimátum para Duncan. Crayón Beige está cansado de ser el segundón de Crayón Café; Crayón Negro quiere ser usado para algo más que los contornos; y el Naranja y el Amarillo ya no se hablan porque cada uno cree que es el verdadero color del sol. El pobre Duncan solo quiere que sus crayo-nes sean felices. ¿Qué podrá hacer para tenerlos de vuelta?
   ¡Qué ganas tenía de hablar de este libro! Había leído y escuchado comentarios muy interesantes sobre él y lo encontré en abril en Amazon en la oferta que tuvieron de segundo libro en otro idioma a mitad de precio, así que lo compré en inglés (la verdad es que se traduce fácil) y, desde entonces, lo he contado mil veces porque me encanta. Incluso lo contamos en el Maratón de Cuentos de este año. Y es que funciona genial.
    Y lo hace porque echa mano de lo cotidiano (¿quién no ha tenido una caja de pinturas?), de lo extraordinario (¿qué pensarán nuestras pinturas de nosotros y de nuestra manera de utilizarlas?) y, sobre todo, del humor y la creatividad, dos elementos que me parecen fundamentales en la vida y que, por lo tanto, me encanta tratar con los niños.
    Duncan va abriendo las cartas de los crayones y descubriendo sus sentimientos, lo que permite, además, ahondar en las emociones y las repercusiones que nuestras acciones tienen en los demás, a veces sin pretenderlo. Así, algunos se quejan porque son poco utilizados (¿qué les pasa a los niños con el rosa?) y otros porque lo son demasiado (el pobre rojo no descansa ni en vacaciones, con todos esos Papá Noel que hay que colorear en Navidad), lo que da una idea de que nunca llueve a gusto de todos y de que cada uno nos tomamos la vida de una manera diferente.
   Hay otros que le reprochan su dejadez artística (el tiquismiquis morado le pide por favor que no salga de la línea) y otros que valoran sus cualidades como pintor. Otra vez, como la vida misma: aun siendo los mismos, no  siempre nos valoran de la misma forma.
   Y, por si eso fuera poco, hay hasta resolución de conflictos: el color verde pide mediación porque amarillo y naranja se han peleado por ver quién es el auténtico color del sol.
    Las ilustraciones (sencillas, imitando el estilo infantil y bellísimas) y las cartas manuscritas (cada una en su color, como debe ser) completan un libro que apetece leer y contar una y otra vez para descubrir más matices.
     Yo he sacado mucho rendimiento tanto a este libro como a su continuación (El día que los crayones regresaron a casa, del que ya hablaré porque es muy bueno también) en mis talleres de animación a la lectura. Bien sea imitando el dibujo final con el que Duncan quiere poner paz y felicidad entre sus pinturas o bien pidiéndoles que escriban una carta como si ellos fueran uno de los colores, las posibilidades de creación y juego son muchas.
 
    Incluso, si los niños son un poco mayores, el libro da pie a hablar con ellos de huelgas, justicia salarial y entorno laboral.
  En definitiva, un libro muy divertido y al que se le puede sacar mucho partido con una historia y unas ilustraciones que enamoran a partes iguales.      
     Nos seguimos leyendo.
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