miércoles, 11 de junio de 2014

Un día en la Feria del Libro de Madrid (bueno, dos)

  Lo confieso: nunca había ido a la Feria del Libro de Madrid a la caza de firmas. Y, la verdad, no entiendo cómo he podido tardar tanto en hacerlo. ¡Me lo pasé pipa! Primero: por poder hablar con los autores que te gustan, aunque sea nada más que unos minutillos y, en algunos casos, sentirte hasta reconocida por ellos. Y, segundo: porque este año tenía el aliciente de conocer o volver a ver a algunas blogueras de esas a las que acabas queriendo a fuerza de comentar, tuitear, feisbuquear y enviar privados y correos. 
  Así que muy ilusionada y muy cargada (dos cosas que se me debían notar en la cara, porque hasta Alejandro Palomas se dio cuenta e hizo referencia a ellas en su dedicatoria, por cierto, una de las más bonitas que me han escrito nunca) me marché el domingo por la mañana a El Retiro, eso sí, acompañada por mi niña (que no se pierde una) y por mi chico, convencido después de sobornos varios.
  Antes de hablar de la jornada del domingo quiero hacer un inciso para decir que Lucía y yo nos escapamos el jueves por la tarde para poder conocer (¡por fin!) a César Pérez Gellida. Se portó como una campeona y aguantó jugueteando por el parque dos horas hasta que llegaron las siete y comenzó la firma de César, con quien pude hablar (y con mucho gusto) durante unos minutitos. "¡Qué majo!", me dijo Lucía. Y no me extraña: fue super cariñoso con ella y también conmigo así que nos vinimos las dos tan contentas de vuelta a casa. 
   Y, como decía, llegó el domingo 8 de junio. A las once y media ya estábamos en El Retiro. Dejé a mi chico y a la niña a la sombrita y me fui a la caseta de FNAC, donde esteba previsto que firmaran Víctor del Árbol y Lorenzo Silva. Tenía pensado comprar ambos libros, así que fui con tiempo y en lo que pagaba y poco más llegó Víctor. Estuvimos hablando un rato y se mostró encantando por las lecturas conjuntas o simultáneas que organizamos y nos felicitó por la difusión de la literatura que hacemos. Le dije que en julio íbamos a leer Respirar por la herida, gracias a la iniciativa de Laky, y volvió a insistir en agradecernos nuestra labor. "Y con autores como tú, ¡con muchísimo gusto!", le dije. Y es verdad: ya estoy deseando poder ponerme con Respirar por la herida y con Un millón de gotas, la novela que me traje firmada.
 
  Al ladito de Víctor de Árbol estaba el gran Lorenzo Silva. Y aunque nos tocó esperarle un poquito por culpa de una manifestación que le retrasó media hora, pudimos disfrutar de él. Después de reseñar durante el año pasado toda la saga protagonizada por Bevilacqua y Chamorro, estaba claro que tenía que tener firmada la última novela, recién publicada. Así que puse a Silva a hacer su labor y, tras unos minutitos de conversación, salí disparada hacia otra caseta, más feliz que una perdiz.
    Y aunque no sabía que también estaría firmando y no me había llevado ninguno de sus libros, no pude resistirme a sacarle una foto al gran Manuel Rivas, otro de mis autores favoritos (aunque es verdad que lo tengo un poco abandonado últimamente. Tengo que ponerme las pilas).
 Zigzagueando, cuadrando números de casetas, horas y colas, pude acercarme también a saludar a Alejandro Palomas, autor cuya literatura acabo de descubrir y que espero no soltar en mucho mucho tiempo. De momento, tengo bajo el brazo Una madre y El tiempo que nos une para leer este veranito. El primero, con firma incluida.
Esta foto se la tomo prestada a Bea y a Concha porque me encanta
  Fue un placer charlar un ratito con él. Es un hombre espectacular, muy cercano y con el que espero cruzarme otra vez muy pronto. Mientras estaba en su caseta llegaron Concha y Bea, de De lector a lector (por cierto, su crónica de la Feria no tiene desperdicio), y ahí estuvimos departiendo los cuatro otro ratillo, mientras el autor firmaba y firmaba y firmaba...

 El alma del mundo, de Alejandro Palomas, ha sido una de las novelas que hemos leído en el Club de Lectura de Azuqueca este año. Otra ha sido Lo que encontré bajo el sofá y como también tenía muchas ganas de saludar en persona a Eloy Moreno, allá me fui a contarle que nos había gustado mucho su libro y que estábamos haciendo campaña para que venga a vernos a Azuqueca el año que viene. Y él, como siempre, dispuesto a lo que sea. 

 Casi me temblaban las rodillas cuando crucé a las casetas de enfrente para saludar a uno de los grandes entre los grandes, un referente, uno de los mejores escritores españoles: Luis García Montero. Un auténtico placer verle y saludarle.
 
 A estas alturas de la mañana, ya solo nos quedaban unos cuarenta minutos antes de que se acabaran las firmas, así que hubo que desdoblarse: mi chico se quedó haciendo cola para Santiago Posteguillo (¡y menuda cola!) y yo me fui a por Clara Sánchez. Pude hablar con ella bastante rato, charlando de sus libros, de conocidas comunes y del nueve y medio que conseguí en mi Trabajo Fin de Máster gracias, en otros, a algunos de sus personajes masculinos. También estuvo charlando con Lucía (quien no pudo evitar mentarle su blog. ¡Qué tía! ¡Cómo se vende!) y Clara le preguntó que si leía mucho y que si mamá le compraba muchos libros. Y ahí la liamos porque a partir de ese momento empezó su cantinela de "mamá, cómprame un libro".
 
    Y dio la casualidad de que, camino de la caseta de Posteguillo, nos encontramos una fila de niños. "¡Mamá, aquí seguro que hay algo para mí!", me dijo Lucía con los ojitos brillantes... así que nos acercamos. Y sí, efectivamente: allí estaba María Menéndez-Ponte, la autora de los libros de Pupi, firmando. Claro, Lucía se puso como loca, porque últimamente lee bastante a Pupi y le encanta. "Anda, mami, vamos a pararnos. Y cómprame un libro, que me lo firme... ¡y me sirve también para mi blog!" (no sabe nada, la tía). Así que ahí nos quedamos, ahí picamos y ahí estuvo charlando con la "mamá de Pupi", como ella misma se presentó. Lucía acabó encantada, como puedes suponer, porque cayeron dos libros firmados y un peluche de Pupi futbolero de regalo. Si es que soy más blanda...
 
   Después del encuentro con Pupi y María, llegamos por los pelos a la firma de Santiago Posteguillo. Todavía no me he estrenado con él pero es uno de los autores favoritos de mi chico, así que allá que me fui cargada con Circo Máximo y con La noche en que Frankestein leyó El Quijote. Cada uno, según sus gustos. Es lo bueno que tiene Posteguillo. Por cierto que me dijo que pronto iba a publicar un libro de relatos que, si me gusta la metaliteratura, me iba a encantar. Así que ya estoy esperando impaciente...

  Y para el final, un postre de lujo. Tenía muchas ganas de ir ese día porque era la primera oportunidad que tenía para conocer a Mar Mella en persona. No pude ir a la presentación de Azul Vermeer en su día pero gracias a la entrevista que le hice por correo y a los comentarios en las redes sociales habíamos entablado una relación llena de admiración y tenía muchas ganas de poder charlar con ella. Varias blogueras habíamos quedado con ella para tomar algo después de las firmas, así que pudimos disfrutar de un ratito muy muy agradable. Allí estuvimos varios amigos de Mar, mi chico y Lucía, Concha y Bea, Manuela (de Entre mis libros y yo), Bego (de Rustis y Mustis leen) y Nieves (de Mundos de lectura) la mar de a gustito.

   Echamos de menos a más de un bloguero... pero, en fin, otra vez será. Y acabo con las fotos de mis nuevas adquisiciones (como ves, fui muuuuy buena)


  Y una foto de grupo de mis libros firmados


  De los hombros, las narices y las frentes quemadas no hablamos...
  Nos seguimos leyendo.























11 comentarios:

  1. Yo estuve por allí el sábado, me lo pasé genial! Disfruta de las lecturas!! Un besoteeee!!!

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  2. Envidia pura es lo que yo siento por todos los que pudisteis ir a la feria del libro!

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  3. Eso es aprovechar bien el tiempo, ¡sí, señor! Je, je.
    Buenas compras, espero las reseñas!
    Saludos!!

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  4. Que día más completo, yo voy el sábado también con la peque y mi marido, a ver si se porta igual que Lucia ;) Besotes

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  5. Qué penita me dio no poder ir :(
    Veo que fue un día estupendo, y aprovechaste muy bien el día.
    Un beso!

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  6. Qué día tan estupendo!!! A ver si el año que viene me lo monto mejor y puedo acercarme y vivirlo :)

    Bs.

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  7. Yo tampoco he ido nunca a la feria del libro de Madrid pero del año que viene no pasa que yo con esta envidia no puedo vivir... jaja

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  8. Estos días se disfrutan muchísimo!! Besos

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  9. Yo no le doy tanta importancia a las firmas pero me encantan las crónicas sobre la feria.

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  10. Es lo que se llama una jornada completita :-) Qué gustazo. Yo no soy perseguidora de firmas (aunque he conseguido alguna que otra muy especial, en la feria o en otros momentos). Sí me gusta recolectar libros y, como mi feria este año ha sido escasa, me das una envidia cochina que no veas.
    Gracias por esta crónica. Me ha encantado.
    Besos.

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