martes, 12 de noviembre de 2013

"Grandes esperanzas", de Charles Dickens: un retrato entre la esperanza, el rencor y el absurdo del ser humano


Ficha técnica:


Título: Grandes esperanzas         Autor: Charles Dickens     Editorial: Amazon                                                              Género: novela realista decimonónica inglesa, novela de aprendizaje   Páginas: 624                  ASIN: B006EAAPKA

Sinopsis (editorial):


  Narra la historia de Pip, un joven huérfano y miedoso, cuyo humilde destino se ve agraciado por un benefactor inesperado que cambiará el sino de su vida y hará de él un caballero  «Dickens es siempre profundo y sincero en su escritura.». Grandes esperanzas es uno de los títulos más célebres del gran autor inglés. Publicado originalmente en 1860, narra la historia de Pip, un joven huérfano y miedoso, cuyo humilde destino se ve agraciado por un benefactor inesperado que cambiará el sino de su vida y hará de él un caballero. Una maravillosa novela de aprendizaje y una magistral galería de protagonistas que trazan un acabado retrato de época, al mismo tiempo que una honda reflexión sobre las constantes de la condición humana. La realidad de la vida cotidiana en Inglaterra y la fantasía se dan la mano, mostrándonos un mundo extraordinariamente humano y detallista y una peculiar psicología de los personajes.
   He de confesar que esta ha sido mi segunda intentona con Grandes esperanzas. La empecé a leer hace... ¡uf! no sé... como ocho o diez años, creo yo. Cogí en la biblioteca un tochazo con algunas obras de Dickens, por curiosidad, y empecé a leer esta novela al mismo tiempo que otras. No conseguí pasar del primer cuarto de la obra y tuve que devolver el libro, sin posibilidad de renovarlo. Desde entonces, Grandes esperanzas ha sido una asignatura pendiente para mí, porque recordaba con gusto lo que había leído: aunque el principio, con toda la aventura con el preso fugado, me costó entrar, lo cierto es que cuando empezó la parte en la que va a casa de la señorita Havisham, descubre la forma de vivir de esta y conoce a Estella, la cosa empezó a mejorar y me sentí atrapada por la historia. 
   Y sin embargo, por avatares de la vida, no ha sido hasta ahora cuando he retomado la lectura de esta novela, publicada originalmente en 1860. Y he de decir que me ha gustado mucho, aunque es cierto que lo mejor, para mí, son el principio y el final, el primer y el último cuarto, más o menos. Allí es donde se concentra todo el jugo de la trama, aunque el resto de la novela sirve para completar el dibujo de una galería de personajes fabulosa, tanto por la riqueza con la que están presentados, descritos y desarrollados como por el retrato social de una época y un país que constituyen en conjunto.
   Creo que los personajes son el gran logro de esta novela centrada en las hazañas del protagonista, un Pip narrador en primera persona, pero que, en cierto modo, también podría considerarse coral, porque los personajes que aparecen no forman parte del decorado, sino que son parte fundamental de la trama (sobre todo algunos) y engranajes insustituibles de ese retrato social y humano del que he hablado. Cada uno de ellos tiene su parte de encanto y sus vilezas, su cara pública y los secretos que ocultan en lo más profundo de su corazón o de su vida privada. Quizá el único que no cumple esta máxima es el bueno de Joe, el casi podríamos decir padre adoptivo de Pip, un hombre sencillo y sin dobleces que da en la novela un auténtico ejemplo de amor incondicional, junto con Biddy.
   La verdad es que podría hacer un tratado de cada personaje, porque cada uno de ellos da para hablar largo y tendido pero, por no extenderme demasiado, mencionaré solo a los que más me han tocado la fibra, comenzado por esa señorita Havisham anclada en el tiempo, novia burlada, eternamente vestida de un blanco cada vez más sucio a causa del paso del tiempo y la decepción. ¡Qué novela tiene la señorita Havisham sola!
     Casi lo mismo le ocurre a ese Wemmick que separa rígidamente su vida profesional y su vida personal hasta el punto de dar la impresión de una personalidad disociada o, como dice Pip, de ser dos gemelos idénticos en apariencia pero totalmente diferentes en comportamiento.
    También es digno de mención, claro está, Magwitch, el preso fugado al que Pip ayuda cuando es un niño y que, a partir de ese día, se esforzará por hacer de él un caballero, aunque sea desde la sombra. Este personaje me parece fundamental, tanto para la trama como para la obra y su época: es el claro ejemplo del determinismo decimonónico, de cómo las circunstancias sociales y familiares, todo lo que nos rodea, nos moldea para hacer de nosotros lo que llegamos a hacer. Pero con su decisión de ayudar a Pip, Magwitch cambia ese determinismo, lo curva y le da otra forma, como hace Joe con el metal en su fragua. Y una vez enderezado, Pip sabe salir adelante aun sin el soporte de la fortuna protectora de la que disfrutó en su etapa de formación.


NOVELA DE APRENDIZAJE


  Porque si algo es Grandes esperanzas es una novela de aprendizaje que muestra el camino recorrido por Pip desde la inocencia de infancia hasta la seguridad de la madurez. Un camino, hasta cierto punto, salpicado de aventuras y, sobre todo, de amor y de amistad.
   Pip es el gran protagonista de la historia y, además, el narrador... pero, no sé por qué, no he empatizado con él. No sé si será porque lo que vamos viendo de él a través de lo que él mismo nos va contando es tan diferente de lo que algunos personajes (presentados como mezquinos y, por lo tanto, poco fiables para el lector, al menos en principio) opinan sobre él que al final no sabes a qué carta quedarte. O, simplemente, porque no me han gustado ni cómo ha gastado sin pensar el dinero que la fue otorgado (con tanto sacrificio, como sabremos a medida que avance la lectura) ni cómo ha olvidado a quienes le quieren de verdad ni cómo se han encabezonado con la mujer que le va a hacer daño ni cómo ha ido frustrando las grandes esperanzas depositadas en él. Sí me ha gustado, claro está, su altruismo y su afán por ayudar a su amigo Herbert, su amistad con Wemmick, cómo acompaña a Magwitch al final de la obra... Pero no sé por qué sus buenas acciones no han servido, para mí, para compensar ese lado oscuro... o quizá mejor torpe, apático, descuidado, de su carácter.
    Grandes esperanzas va mezclando episodios con algo más de intriga y aventura con partes en las que se centra más en lo cotidiano que en lo excepcional, dando así una impresión de equilibrio.


HUMOR, ABSURDO Y SURREALISMO


  Por la época en la que está escrita y por el tratamiento que el autor da a los ambientes y personajes, Grandes esperanzas es una obra realista pero incluye ciertos pasajes o ciertos personajes muy surrealistas, que causan asombro en el lector, apelan a lo absurdo de lo cotidiano y de nuestras vidas y llena la novela de toques que no sé si podrían ser considerados de humor... pero que sí aligeran la carga dramática e introspectiva de otros momentos de la obra y que, en determinados puntos de la lectura, me han hecho soltar alguna que otra carcajada (y de ahí que incluye este libro en el Mes de los libros de humor, aunque no lo sea en absoluto). 
   Muchas de estas situaciones o personajes absurdos potencian la ironía de algunos retratos y descripciones de ambientes y escenas y siembran en el lector el cuestionamiento de la condición humana. La vida parada como un reloj sin cuerda de la señorita Havisham, la educación que da a Estella y el futuro de esta, el castillo de Wemmick, su esperpéntica boda... son algunos ejemplos de esta indagación en el ser humano herido o disociado y en la dimensión absurda que todos tenemos dentro, así como en las consecuencias que las grandes tragedias tienen en nosotros.
   Porque a pesar de esa pátina de humor, Grandes esperanzas descubre para el lector situaciones francamente dramáticas, aunque el autor no se cebe en ellas, sino que las relate con la misma inocencia o el mismo tono que el resto de las escenas.
   De esta magna obra, trataré de olvidar la cantidad de errores que hay en la versión que he leído (la gratuita de Amazon) pero creo que recordaré siempre la confrontación de personalidades, con la indagación en el ser humano, sus heridas y su resurgir y con la melancolía de fondo que se queda impregnada en los dedos cuando cierras el libro (bueno, cuando apago el Kindle, en mi caso) y piensas en esas vidas pequeñas que, en realidad, son tan grandes y en esas otras vidas echadas a perder por causas diferentes, en lo que los humanos nos hacemos unos a otros, en la semilla de esperanza que somos capaces de sembrar y en el rencor con el que, en otras ocasiones, alimentamos a los demás.
    Nos seguimos leyendo.   


   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto 12 meses 12 libros: 10/12
  •  Reto Seamos Realistas: 3
  • Reto 10 clásicos: 4/10                


9 comentarios:

  1. Tengo algo con los clásicos porque me producen mucho respeto y no me atrevo con ellos, a ver si un año de estos me lanzo, besotes

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  2. Esa misma versión es la que tengo yo y fue de las primeros libros que llegaron a mi kindle, por eso de "obligada" en la vida, pero aún no me he puesto con ella...

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  3. Justo la semana pasada leí El juego del ángel, donde existe una gran complicidad del protagonista con esta obra de Dickens. Y tuve que unir este clásico a mi lista, más por obligación que por apetecerme.
    Lo tengo que leer, aunque tendrá que esperar a su momento, para poder saborearlo.
    Un beso!

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  4. Con me encuentro con fuerzas en estos momentos para adentrarme en este tipo de lecturas, aunque nunca se sabe cuando le puede "dar a uno la vena". Besos.

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  5. Pues es una de las muchísimas asignaturas pendientes mías también. He leído otras cosas de Dickens y siempre me han gustado, pero nunca he tenido en las manos 'Grandes esperanzas'. Cada vez que alguien reseña uno de estos novelones pienso que sois muy valientes.

    Besos

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  6. Lo leí hace tiempo y me gustó mucho. Aunque recuerdo que también me costó al principio entrar en la historia. Pero luego no pude soltarla.
    Besotes!!!

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  7. Desde que leí Oliver Twist años ha, no he vuelto a tomar contacto con las novelas de este gran escritor. Tengo en mente esta que hoy reseñas como Historia de dos ciudades. Besos.

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  8. Yo lo empecé hace muchos años, creo que tendría 12 o así, y no me enganchó, así que lo dejé sin terminarlo.
    A ver si un día de estos lo retomo, porque todo lo demás que he leído de Charles Dickens me ha gustado mucho.
    Un beso!

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  9. Menudo clasicazo que nos traes.
    Siempre ando diciendo que voy a leer algo de este autor y nunca lo hago....
    Besos.

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