sábado, 30 de noviembre de 2013

Un año más, participo en los Premios Libros y Literatura 2013

http://www.librosyliteratura.es/premios-libros-yliteratura-2013.html

   Tal y como ya hiciera el año pasado, la web Libros y Literatura convoca sus Premios Libros y Literatura 2013 con los que pretende distinguir a las mejores reseñas de los blogs literarios. En definitiva de lo que se trata es de dar a conocer el mayor número de blogs posibles y el trabajo que realizan sus administradores al tiempo que, de paso, fomentan la lectura, los libros del año y la literatura en general.
   El pasado ya me sumé a la iniciativa, así que este año no podía ser menos. Hay muchos premios en juego, tanto para los reseñadores como para quienes voten. Tienes todos los detalles sobre cómo participar, premios, jurado, etc. aquí.
    Y ahora viene lo difícil: elegir qué reseña presento al premio. Este año he leído como nunca y he reseñado mucho, así que se me hace difícil discriminar entre 115 reseñas (a las que podría sumar las publicadas en Anika entre Libros y las de los libros de ilustrados, pero para qué más). No se trata solo de que te haya gustado el libro sino de que creas que la reseña refleja todo lo que ha hecho vivir y pensar. No es fácil, no. Lo he meditado durante toda la semana y al final me he decidido por la reseña de Memento mori, de César Pérez Gellida, porque creo que lo que escribí se ajusta a lo que me hizo sentir el libro. Además, por supuesto, de que si quiero ganar lectores para algún libro, este se encuentra entre los primeros puestos.
http://juntandomasletras.blogspot.com.es/2013/10/memento-mori-de-cesar-perez-gellida-un.html
    Así que... ¡la suerte está echada!
    Nos seguimos leyendo.

viernes, 29 de noviembre de 2013

BBF#62: "El final del ave fénix", de Marta Querol

  
    Empecé esta novela el miércoles en el tren y, casi sin darme cuenta, había leído ya una cuarta parte. Y eso que el comienzo es duro a más no poder. Hasta se me saltaba alguna lágrima que tuve que contener a la fuerza para que mi vecino de asiento no pensase que estaba loca. Y es que a veces los libros nos hacen sentir como en casa, estemos donde estemos. El final del ave fénix empieza así:

 BBF#62

Otra noche más. Tal vez fuera la última. Envuelta en la luz mortecina de aquella habitación la veía respirar desde mi cama, gemela a la suya, con esa dificultad propia de quien está llegando a su final, pero con la determinación de quien nunca se ha rendido. Obstinada hasta el último aliento, luchadora infatigable, su imagen ya no mostraba ni un leve atisbo de la bella y enérgica mujer que había sido. La mirada ida, los ojos entrecerrados, las pupilas dos alfileres negros en un mar profundo. La boca entreabierta dibujaba un rictus amargo y sus labios de corcho ajado no eran capaces de aceptar las gotas de agua que vertía sobre ellos con un suave paño de algodón. Eran los efectos de la medicación. (“El final del ave fénix, Marta Querol)
  Ayer lo tuve que aparcar porque me tocaban leer las páginas pertinentes de Un árbol crece en Brooklyn para la reunión del club de lectura de hoy, pero esta tarde lo retomo. Otra vez en el tren. Espero no pasarme de parada....
   Nos seguimos leyendo.

jueves, 28 de noviembre de 2013

"Tengo tu número", de Sophie Kinsella: una comedia romántica y divertida

http://www.megustaleer.com/ficha/L353437/tengo-tu-numero

Ficha técnica:

Título: Tengo tu número                Autora: Sophie Kinsella     Editorial: Plaza y Janés                                                               Género: novela contemporánea, chick lit     Páginas: 432 Publicación:  Octubre 2012           ISBN:  9788401353437

Sinopsis (editorial):


   Poppy Wyatt casi no se lo cree. ¡Nunca en la vida ha tenido tanta suerte! Pero, justo cuando está a punto de casarse con el maravilloso Magnus Tavish, su final feliz empieza a desmoronarse. No solamente ha perdido su valioso anillo de compromiso durante un simulacro de incendio en un hotel, sino que también le han robado el móvil. Aturdida, desesperada, mira alrededor suyo y ve un teléfono tirado en una papelera. "¡Perfecto, para mí!", piensa. "Ahora podré dejarles un número de móvil a los del hotel para me llamen cuando encuentren mi anillo."
    Bueno, casi perfecto, porque el propietario del teléfono no está muy de acuerdo. Quiere que se lo devuelva y tampoco le hace ninguna gracia que Poppy se lance a leer sus mensajes y a meterse en su vida personal.
    Lo que sigue es una historia de enredos tan ingeniosos como inesperados mientras Poppy y Sam se entrometen el uno en la vida del otro a través de sus mensajes y correos. Poppy no confiesa que ha perdido el anillo, las preparaciones de la boda siguen adelante, pero todavía le espera la sorpresa más grande de su vida.
   Antes de nada, quiero agradecer a Momentos de Silencio Compartido y Libros que hay leer que nos hayan propuesto que noviembre sea el Mes de los Libros de Humor porque, si no, este libro hubiera seguido esperando a que a mí me diera por leerlo y no me lo hubiera pasado tan bien como me lo he pasado. Ya había leído a Sophie Kinsella en otra ocasión y tampoco esta vez me ha decepcionado. Y eso que aún no me he estrenado con los que, según Laky, son sus mejores libros: la saga Loca por las compras.
    La narración no se anda por las ramas, comienza ya en plena acción: Poppy busca desesperada su perdido anillo de compromiso. La presentación de personajes se va haciendo sobre la marcha. En muchos casos, la propia Poppy nos cuenta (la narración recae sobre la protagonistas, en primera persona) quiénes son o cuáles son los rasgos principales de su carácter pero en otras ocasiones, los propios personajes se van retratando con sus acciones o con sus comentarios. De todos ellos, el más misterioso es Sam, claro está, porque Poppy lo conoce al mismo tiempo que nosotros, así que iremos descubriendo cómo es a la vez que la protagonista. Y, para mí, ese es uno de los puntos positivos de la novela, porque me ha implicado emocionalmente con Poppy, con la evolución de sus sentimientos y su conocimiento de Sam. Un Sam que para mí (y en el momento de enganche total que me tengo a los programas de reformas de Divinity) tenía el pelo, los ojos, el porte y la sonrisa perfecta de Drew Scott.
    A pesar de lo previsible de la línea argumental central (si no ese argumento no fuera por donde va no estaríamos hablando de chick lit), Kinsella sabe introducir situaciones que generan humor a través de la ruptura de tópicos o la divergencia respecto a lo esperado, a lo que las comedias románticas cinematográficas y otras novelas románticas se han encargado de utilizar hasta la saciedad y el agotamiento. Ocurre, por ejemplo (e intentado no destripar nada a nadie) en el capítulo final, con Poppy frente al altar. Sabes que tiene que ocurrir algo, porque si no, no sería romántica, pero me parece muy original y divertido (y muy bien traído, por supuesto) la marabunta de mensajes de móvil que idea para dar paso al colofón de la novela.
     Son muchos los momentos en los que no he acabado de entender por qué Poppy hace lo que hace pero sus acciones no me han parecido inverosímiles, encajan muy bien con la caracterización del personaje (sobre todo cuando la visión que tenemos de ella se completa con lo que piensan otros personajes, principalmente Sam)... es solo que yo no hubiera hecho lo mismo en su lugar. Quizá yo me parezca más a Sam, aunque también tengo mucho de Poppy. Y es que Kinsella crea dos personajes opuestos en muchas cosas pero parecidos en otras muchas que se complementan y se transforman mutuamente a la perfección.
      Y es que, aunque velados, Kinsella presenta varios temas sobre los que reflexionar en la novela: las inseguridades, el duro mundo de los negocios, el ámbito intelectual, la incapacidad para comprometerse, cómo afecta a alguien la pérdida de seres tan queridos como sus padres, la comunicación a través de las nuevas tecnologías o el amor en los tiempos de internet.
       En definitiva, una historia divertida, fresca, dinámica, que se lee casi sin darte cuenta; una trama con sus enredos y su final feliz en el que la nueva (o ya no tan nueva) comunicación a través de los móviles abre las puertas a una reinvención del género romántico.
      Nos seguimos leyendo.  

miércoles, 27 de noviembre de 2013

"Tengo tanto que contarte", de Care Santos y Ángeles Escudero: la amistad que sobrevive a la distancia

http://www.planetadelibros.com/tengo-tanto-que-contarte-libro-93319.html













Ficha técnica:


Título: Tengo tanto que contarte                                       Autoras: Care Santos y Ángeles Escudero                             Editorial: Destino Infantil y Juvenil                                         Género: novela contemporánea, LIJ (a partir de 14 años)         Páginas: 256              Publicación:  10/9/2013                         ISBN: 978-84-08-11582-3

Sinopsis (editorial):


  «¿Conoces a Olvido Rus?» Alguien formula a Abril esta sencilla pregunta, sin darse cuenta de que destapa la caja de los recuerdos. Olvido y Abril, amigas inseparables de la adolescencia, compañeras de mil aventuras, no han evitado que el tiempo las separe.
   Olvido es ahora una actriz de fama mundial y Abril acaba de encontrar el sentido de su existencia. Pero, aunque ellas no lo sepan, sus vidas siguen íntimamente ligadas...
   Ahora Abril se va a casar y necesita a Olvido. Sin embargo, nada es fácil: rivalidades, envidias, cariño incondicional, el paso inexorable de la vida… esta novela habla del poder de la amistad, pero también del paso del tiempo, del sentido de la existencia y de las cosas por las que merece la pena luchar.
   Me gustan las novelas juvenil que tratan a los adolescentes y jóvenes como personas con cabeza y no como niños grandes a los que dar todo masticado y no hablarles de ciertas cosas, no siendo que vayan a traumatizarse o quedarse tarumba o tomar ideas... o yo qué sé. Por eso me gustan las novelas juveniles que no lo parecen y que introducen a los lectores en las que (en teoría) van dirigidas en un mundo y una literatura de adultos. Son novelas puente, noveles que tienden nexos entre el universo que se les va quedando pequeño y el que está por venir o, como dicen los entendidos, "crossovers", libros que pueden ser leídos (y disfrutados) por públicos de cualquier edad.
   Por eso me ha gustado tanto esta novela, en teoría juvenil, pero que encantará a lectores de todas las edades. Me gusta porque habla de muchos temas (algunos muy duros) y porque trata el lector con inteligencia, proponiendo asuntos sobre los que reflexionar, tendiéndole los cabos de los que él luego puede o debe tirar. De hecho, muchos de ellos han dado bastante que hablar en el club de lectura que las autoras y la editorial han organizado en Facebook. 
   Porque sobre la mesa, Santos y Escudero ponen temas tan controvertidos como la maternidad, el aborto, la amistad incondicional, el amor y, sobre todo, las consecuencias de la fama, propia o ajena. Todo ello como condimento a una historia construida en un presente postal (narrado, en primera instancia, a través de los emails entre el secretario de Olvido y Abril) desde el que se recuerda un pasado a modo de diario o de textos adjuntos capaces de devolver una vida entera a las dos amigas, escritora y destinataria, respectivamente, de esos textos.  Pero vayamos por partes, que hay mucha tela que cortar.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y/O EL DEBATE


  La historia comienza con una Abril a punto de casarse que hace todo lo posible para que su amiga del alma, Olvido, acuda a su boda. Sin embargo, tras años de amistad, la relación se ha ido enfriando por lo que, en principio, Abril se las tendrá que ver con el secretario de Olvido, quien será, en realidad, el que vaya respondiendo sus mensajes. A través de los flashbacks que nos proporcionan los textos que Abril va incluyendo en esos mails con los que trata de convencer a Olvido para que acuda a su boda, vamos descubriendo la historia de las dos amigas desde sus complicados comienzos, cuando las dos eran adolescentes problemáticas, iba a decir por diferentes motivos, pero en realidad hay un único motivo para las dos: la falta de atención de sus respectivos padres.
   Olvido y Abril irán creciendo y viviendo momentos compartidos o de separación que forjarán una amistad sólida y duradera. Todos esos tiras y aflojas, los momentos de crisis, la confianza, las trampas... van sembrando en el lector la reflexión sobre qué es la amistad, su importancia en nuestras vidas, el alejamiento (a veces involuntario) que se produce entre los amigos y cómo, en ocasiones, un enfriamiento en la relación no significa una merma en el cariño mutuo. Los lectores más jóvenes tendrán, sobre este tema, una visión muy diferente a la de los lectores de más edad, pero quizá unos y otros sepan o puedan ponerse en el lugar del otro y reflexionar sobre cómo ha cambiado su concepto de amistad a lo largo de los años o cómo espera mantener a sus amigos a pesar del paso del tiempo.
    Otro de los temas importantes tratados en la novela es el de la maternidad. Tanto Olvido como Abril son chicas que, por motivos diferentes, viven en familias desestructuradas que no les prestan la atención debida. En el caso de Abril, su madre murió y su padre se ha dedicado a salir con una mujer tras otras, cada una de ellas más joven que la anterior. Olvido, por su parte, es hija de una famosísima actriz que no ha querido compartir esa maternidad con el padre pero que tampoco ha sabido ser una buena madre para ella. Los compromisos, el egoísmo, la fama... la han separado de Olvido hasta el punto de que son dos extrañas. La propia Olvido habla directamente de la cuestión en la novela, cuando dice que ella es tan egoísta que ni se plantea ser madre, precisamente porque sabe las consecuencias que ese egoísmo tendría en su hipotético hijo.
   Olvido se define a sí misma como una persona sin corazón, o con un corazón de piedra, que solo entiende la amistad consigo misma y que no se siente cómoda con ningún otro ser humano alrededor, sobre todo en sus momentos de mayor debilidad. Más que egoísta, Olvido es una persona herida, incompleta, que ha creado una coraza a su alrededor para defenderse de un amor que no recibió de pequeña y para el que cree no estar preparada y, además, quizá ya sea demasiado tarde. Cinco matrimonios fracasados, una amiga a la que hace años que no ve y los únicos cuidados de su secretario durante la convalecencia de un grave accidente parecen darle la razón. Pero, afortunadamente, nunca es demasiado tarde para darse cuenta de lo que realmente importa en la vida.
    Abril, por su parte, ha sabido rehacerse antes que Olvido de las consecuencias de esa paternidad a distancia. Tras una adolescencia problemática, se ha convertido en una adulta madura que trata de ayudar a otros jóvenes conflictivos. Y, sobre todo, Abril es el perdón, es la comprensión, es la ausencia del orgullo que nos impide acercarnos a quien nos ha herido, por mucho daño que nos haya hecho.
    Dos caracteres, pues, muy diferentes, que inciden en la reflexión sobre la amistad y todo lo que ocurre en su seno.
     Finalmente, otro de los grandes temas de la novela es el de la fama, las consecuencias que tiene en quienes la ¿disfrutan? ¿la padecen? y en quienes les rodean. La cara y la cruz de la fama tienen su espacio en una novela que intenta profundizar en la cuestión, más allá de los destellos dorados del dinero, el lujo y el triunfo.

UNA NARRACIÓN Y UNA ESTRUCTURA FRAGMENTADAS 



   La estructura externa de la obra no es simétrica. Hay dos partes (además de un epílogo) pero la primera de ella consta de seis capítulos y un "entreacto" mientras que la segunda solo tiene uno. En la primera parte, la voz cantante la lleva Abril. Ella es la que dirige sus mails al secretario de Olvido y va desgranando sus recuerdos sobre su amistad en primera persona en unos textos que también envía al secretario, o a Olvido, porque ella los leerá y contestará en la segunda parte. Así pues, ambas toman la voz de la narración y ocurre una cosa curiosa: aunque podría pensarse que el peso de Abril es mayor, puesto que es ella en primera persona (o en segunda, en los mails) la que va reconstruyendo la amistad para los lectores (nosotros, pero también el secretario y la propia Olvido), no ocurre así. La presencia de Olvido es absoluta, invasiva... casi como su propia fama, de modo que, en realidad, al final una tiene la sensación de que ella es la gran protagonista de la historia, que su personalidad, sus fracasos, lo que esconde y su deslumbrante fama han eclipsado a Abril en la narración de la novela, tal y como ocurre en su contenido.
  Las autoras utilizan en esta novela la técnica narrativa que más gusta a Care Santos: la fragmentación de la narración, tanto temporalmente como por los tipos de textos que utiliza. Así, como hemos dicho, la historia viaja en el tiempo gracias a los mails que Abril envía en la actualidad (aunque la narración está construida en pasado) y el recuerdo de los inicios y la evolución de su amistad con Olvido que rescata en los textos que adjunta a esos mails. Y esos son, precisamente, los diferentes tipos de textos que las autoras incluyen en la novela: el relato directo a través de las voces de Abril, en primer lugar, y de Olvido, en la segunda parte, y los correos electrónicos entre Abril y el secretario de Olvido, que van dando cuenta de la vertiente más actual de la historia.
   En definitiva, me ha gustado esta novela que esboza tantos temas sobre los que reflexionar, capaz de transportar en el tiempo a los lectores de más edad y de revivir en ellos el recuerdo de esa amiga o ese amigo que fueron tan importantes en su adolescencia y primera juventud y que luego, por avatares de la vida, se fueron quedando atrás, aunque siempre permanezcan en nuestro corazón y en nuestra memoria. Abril y Olvido consiguen reponerse a la distancia física y emocional que las aleja durante años: un canto al "retomemos el contacto" y al "hagamos todo lo posible para que lo que fue siga siendo".   
    Nos seguimos leyendo.   


martes, 26 de noviembre de 2013

"La boda de Kate", de Marta Rivera de la Cruz: nunca es demasiado tarde para tratar de ser feliz

http://www.planetadelibros.com/la-boda-de-kate-libro-93620.html

Ficha técnica:


Título: La boda de Kate    Autora: Marta Rivera de la Cruz Editorial: Planeta                Género: novela contemporánea Páginas: 400                       Publicación:  2/10/2013              ISBN:  978-84-08-11712-4

Sinopsis (editorial):


  Después de que la inesperada reedición de las poco exitosas novelas de su tío la hiciese heredar una pequeña fortuna, la reposada y sensata Kate Salomon vive una existencia plácida en una casa en Ribanova que comparte con dos amigas. Pero el día de su 72 cumpleaños ocurre algo completamente inesperado: Forster Smith, el hombre al que rechazó tres veces y del que estuvo enamorada desde los veinte años, se presenta ante su puerta con un ramo de flores y una oferta de matrimonio. A partir de ahí, la vida de Kate -y de sus dos ancianas amigas girará en torno a la preparación de esta boda, con la que casi nadie está de acuerdo... en especial la familia de Kate, que teme que Forster Smith acabe con la herencia que esperan recibir. Y mientras ella prepara su vestido de novia, la pequeña comunidad de Ribanova bulle en torno a este acontecimiento singular que no sólo va a cambiar las vidas de los novios.
   Creo que hay muchas cosas de esta novela que se quedarán dentro de mí durante mucho tiempo pero estoy segura de que hay una que lo hará para siempre: la máxima que dice que nunca es demasiado tarde para intentar ser feliz. Es una de las frases que pronuncia el novio de esta historia en uno de los momentos más emotivos de la novela. Una frase cargada de razón que siempre siempre siempre deberíamos tener en la cabeza. 
    Es la gran lección de esta novela: no hay que arrojar la toalla nunca, la felicidad está en nuestras manos y nunca hay que cansarse de perseguirla, por muy esquiva que nos pueda resultar. Es lo que hacen Forster y Kate, los dos septuagenarios de la novela, empeñados en casarse y compartir los años que les queden, por muchos o pocos que sean. Me ha encantado la visión del amor, del romance y del matrimonio que presenta Marta Rivera de la Cruz en esta novela. Me parece que, sin perder un ápice de romanticismo y de emotividad, se aleja de muchos clichés de la comedia romántica, sobre todo cinematográfica. Clichés con los que nos hacen comulgar pero que a mí, lo confieso, siempre me han chirriado. Por ejemplo, en cualquier película tipo del género se nos presenta a dos personajes destinados a estar juntos pero que, por avatares de la vida, se separan. Estoy pensando, sin ir más lejos, en Serendipity, película que vi justo mientras empezaba a leer La boda de Kate. Dejan en manos del destino la decisión de volverse a ver y, claro, el destino juega con ellos: aunque no se han visto en años, no han podido dejar de pensar el uno y el otro (para eso son almas gemelas) y el recuerdo se magnifica coincidiendo, precisamente, con la preparación de sus respectivas bodas con otras personas. Total, que al final (y no leas esto si tienes interés por la peli, aunque siendo una comedia romántica, te lo puedes imaginar) cada uno deja plantado en el altar a sus parejas para reencontrarse y ser felices para siempre. Mensaje superficial: si estáis hechos el uno para el otro, ha de ser así. Pero... cuestiones que yo me hago: ¿realmente estáis hechos el uno para el otro? Si casi ni os conocéis: habéis luchado por unos guantes y tomando unos cafés una tarde... ¿Solo hay una mitad para cada media naranja? ¿Se puede ser feliz con otra persona que no esté (supuestamente) hecha para ti? Y lo que es más importante: ¿qué pasa con los dos otros implicados en los bodorrios? ¿Se les puede pisotear con esa facilidad? ¿Qué pasa con sus felicidades y sus medias naranjas? El final feliz de las pelis románticas siempre ha hecho que me emocione y me cabree al mismo tiempo. Rara que es una.
    Y llega Marta Rivera de la Cruz (¿por qué no había leído yo nada de esta mujer todavía?? ¿Ehhh?? ¿Por qué???) y nos presenta una historia que, en cierto modo, reflexiona sobre todas estas cuestiones que yo siempre me he planteado con las pasteladas americanas. Porque ahí donde la ves, la señora Kate rechazó al señor Forster tres veces antes de darle el "sí, quiero". Forster ha tenido la mala suerte de llegar tarde en tres ocasiones y, además, de plantear muy mal lo que sentía y lo que esperaba de su propuesta pero es que Kate no ha sucumbido al amor romántico peliculero y ha optado, en primera lugar, por el respeto a sí misma (como ocurrió la segunda vez: ¿qué es eso de que alguien planifique tu vida al detalle, por muy amor de tu vida que sea, sin consultarte?) y, en segundo lugar, por el respeto a los demás (que es lo que ocurre en la tercera ocasión, cuando la propuesta de Forster pilla a Kate a punto de casarse con otro hombre).
    Me parece que la trama de Rivera de la Cruz tiene mucho de sensato y que aboga por otro comportamiento muy diferente al que nos inculca la ideología dominante. El amor se puede vivir de muchas maneras pero siempre que como tú quieras vivirlo. Si el amor no te permite ser tu misma, tomar tus propias decisiones, planificar tu vida según tus propios criterios, dialogar con tu pareja sobre cómo hacer las cosas y basar la relación en la confianza y las decisiones mutuas y no en los arrebatos de una pasión que puede llegar a ser poco fiable... ¿es entonces amor?
   Seguro que esta visión de la relación de pareja, tan alejada del amor romántico todopoderoso al que estamos acostumbrados, da para debatir largo y tendido pero me ha gustado encontrar vías alternativas que conduzcan a la felicidad, de igual modo.


REFLEXIÓN SOBRE LA FELICIDAD


   Porque, debajo de esa persecución de la felicidad, hay también una reflexión sobre qué es la felicidad. La felicidad es ese sentimiento que nos rasga el pecho de pura emoción y convierte un instante en perfecto; esa felicidad que se parece a los fuegos artificiales que adornan el oscuro traje de la noche con miles de destellos multicolores. Pero la felicidad también es un arroyo manso que nutre a los animales y flores que encuentra a su paso, llenando de hermosura y de vida todo lo que toca. El primer matrimonio de Kate se parece más a este segundo tipo de felicidad mientras que su relación con Forster estaría más relacionada con la primera forma de felicidad. Pero, al final, hay un equilibrio, una defensa de las dos maneras de ser feliz. Quizá cada uno tenga que buscar su propia manera de serlo. O no dejarse cegar por los bellos fogonazos de los fuegos artificiales (aunque los disfrute) y aprender a valorar los pequeños momentos irrepetibles que van tejiendo la urdimbre de nuestras vidas cada día.
    Con todo, para mí, lo más valioso de la novela es la defensa de la felicidad, sea cual sea su forma y, repito, sea cual sea la edad de quien la persigue y da con ella. En este sentido, también me parece que la novela rompe tópicos respecto a la visión de la vejez que se nos transmite otras veces, una visión muy retrospectiva, muy nostálgica, que muchas veces hace más hincapié en los achaques y la cuenta atrás hacia la muerte que en el camino que aún falta por disfrutar y recorrer. En La boda de Kate, la muerte está presente, claro que sí. No sería realista si contase una historia protagonizada por mayores y no se mencionase por ningún lado. Pero no es una espada de Damocles que cuelgue encima de las cabezas de los personajes y les impida continuar con sus vidas. Es algo inevitable, pero no por eso voy a dejar que determine el resto de mi vida, parecen pensar los personajes de la novela.
    Y es una postura que me parece muy sana y realista y que me gusta tanto como la visión de una vejez activa que presenta Rivera de la Cruz. Una vejez activa y hermosa: frente a la decrepitud con la que se nos pintan algunas senectudes, la autora habla de viejos bien parecidos, incluso guapos, que se mantiene físicamente saludables y atractivos, con sus arrugas, sus manchas, sus volúmenes o su falta de ellos. Hay un visión general positiva de la vejez en la novela que me parece muy saludable para la sociedad en la que vivimos y que me ha hecho reflexionar sobre el papel de los mayores hoy en día, sobre la visión social que tenemos de ellos y sobre qué sienten ellos en realidad.

 

LA FELICIDAD QUE DA PERSEGUIR LOS SUEÑOS PROPIOS 


   Otra diferencia con respecto a las comedias románticas tradicionales es que en esta novela la felicidad no está solo asociada al amor. La autora introduce una trama paralela, la del tío de Kate, Albert Salomon, que nos habla de la felicidad que da perseguir los propios sueños, por muchos baches y zancadillas que uno encuentre en el camino. Incluso si el éxito llega cuando uno ya no puede disfrutar de él, la felicidad está en el camino recorrido y en haber dedicado su vida a lo que a uno le ha hecho sentir realizado, independientemente de la opinión de los demás.
   La historia del escritor al que la fama le sobreviene demasiado tarde y toda la intriga por descubrir un manuscrito perdido me ha parecido apasionante. Es otra novela dentro de la novela, una trama que rompe con el género romántico de todo lo relacionado con Kate y su boda y que aporta mucho a la obra en general: además de introducir la intriga y la metaliteratura también sirve para conocer mejor a otros personajes que podrían ser secundarios pero que pasan, así, a convertirse en auténticos protagonistas, al menos durante un buen puñado de páginas.
   Y hablando de metaliteratura, ¿qué decir de la librería de Kate? ¿Y de lo que ocurre con ella al final? Solo puedo decir que es uno de los sueños de mi vida: un lugar para encontrar lecturas y lectores, recomendaciones y buena conversación. Simplemente ideal.
   Como ideal me parece también la amistad entre Kate, Shirley y Anna Livia. Tres mujeres radicalmente diferentes en casi todo pero que, sin embargo, saben dejar sus diferencias a un lado y sentirse las unas a las otras, conocerse, quererse. Otro tópico más que cae en esta novela: el de que las mujeres no podemos ser amigas. 
   Seguiría hablando y hablando de otros muchos aspectos que me han entusiasmado de la novela: la reflexión sobre los prejuicios  y las convenciones sociales (muy clara, por ejemplo, en los preparativos de la boda, entre otros aspectos, como el que ya he comentado: ¿hasta qué edad se supone que puede uno aspirar a ser feliz?), sobre la avaricia y la mezquindad de ciertas personas, sobre cómo muchas veces manipulamos la realidad sin querer darnos cuenta de la imagen que, con nuestros cambios, transmitimos de otras personas y la repercusión que todo ello puede tener para ellas (como ocurre con los mails que Shirley intercambia con el hermano de Kate, por ejemplo), sobre los tesoros ocultos (el libro de Albert pero también el fresco de la iglesia de Ribanova, por ejemplo), sobre lo que el tiempo hace con nosotros, sobre el olvido y la supervivencia de nuestra esencia más allá de nuestra muerte, sobre el recuerdo y la corrosión del paso de los años, sobre el voluntariado (Kate, tenga la edad que tenga, siempre anda envuelta en actividades altruistas), sobre esas veces en que la vida se nos escapa y nos deja esperando en el andén por llegar demasiado tarde o sobre las segundas (o terceras o cuartas) oportunidades que llegan cuando menos te lo esperas.
     En definitiva, La boda de Kate me ha encantado, por la historia que cuenta y por todas las reflexiones que van surgiendo en torno a ella, pero también por el estilo de la autora, por esas frases y pensamientos redondos ("A medida que el paso del tiempo va agrandando el abismo entre el pasado y el presente, a medida que también desaparecen aquellos a quienes un día importamos, la memoria de cada uno de nosotros está destinada a deshacerse suavemente hasta que no quede nada"), la ironía de la voz narradora o la frescura y humor de muchos de los diálogos. Y me ha fascinado su capacidad para crear personajes diferentes pero entrañables, reconocibles y admirables. Y, por supuesto, aplaudo cómo ha introducido la reflexión sobre el futuro del libro, del sector editorial y de las librerías, los peligros que los acechan y los caminos que aún tienen abiertos. Porque hay muchas cosas en esta novela (hay amor, hay amistad, hay intriga, hay reflexión, hay alegría, hay esperanza, hay valentía...) pero por encima de todas hay un profundo amor y respeto por los libros y lo que nos hacen sentir.
    Nos seguimos leyendo.   

    Agradezco a Planeta el envío de este ejemplar.


   Por cierto, la web de la novela no tiene desperdicio. Hasta incluye bocetos de los vestidos de la boda. Es genial.



lunes, 25 de noviembre de 2013

"Mili... ¡milagro!", de Sylvia Martín: Mili y el combate por la vida


Ficha técnica:

Título: Mili... ¡milagro!                  Autora: Sylvia Martín        Editorial: Tombooktu                    Género: novela contemporánea, chick lit         Páginas: 192 Publicación:  Octubre /2013                   ISBN: 9788415747376

Sinopsis (editorial):


  Mili es una separada que hace tiempo superó los treinta, es la mejor vendedora de una editorial y tiene algún complejo con su cuerpo que le genera ciertas inseguridades. Tras sus vacaciones de verano descubre que su jefe ha contratado al chico más guapo que ella jamás ha visto. A partir de ahí la vida de Mili se llenará de malentendidos, situaciones divertidas y grandes descubrimientos que la llevarán a encontrar el amor y a descubrir los cosas que importan de verdad. Mili… ¡Milagro! conseguirá que el lector se enganche, de la primera a la última página, a las divertidas aventuras de esta mujer tierna y con un inquebrantable sentido del humor.
    El objetivo de Sylvia Martín es dar vida a unos personajes con sus defectos, sus miedos y sus inseguridades, pero también con su ternura, su lealtad o su belleza, unos personajes con los que el lector se puede identificar, porque son como él. Narrado en primera persona y de un modo lineal consigue una novela sin fisuras, de calidad y tremendamente divertida, pero el logro más grande es la protagonista, Mili ha sido considerada como la Bridget Jones española, una mujer con una sonrisa ante cualquier situación, que te contagia de optimismo. Pero además la novela tiene un par de giros en la trama que dejarán ojiplático al lector.
    Un libro lleno de humor, de amor y de esperanza, de lectura rápida, ya que la autora es capaz de mantener en vilo al lector desde el principio, y que dejará, a todo el que se acerque a sus páginas, con buen sabor de boca.

   ¡Qué bien sienta leer, de vez en cuando, un libro divertido, ágil, optimista, lleno de humor y con su buena dosis de romance! Es como el sorbete de una buena comilona: ideal para cambiar de sabor. Así ha sido conocer a Mili para mí, un personaje entrañable, llena de complejos y de inseguridades pero, también, de bondades y, sobre todo, de un excepcional sentido del humor. Mili es como muchas de nosotras: carga con un duro golpe en su pasado (o dos...), se hace ilusiones, confía en la gente, le cuesta dar el paso para cambiar su vida pero se adapta a esos cambios de la mejor manera posible, tiene algunos problemillas con su autoestima y con la imagen que tiene de sí misma pero eso no le impide soñar con conseguir lo más de lo más, hasta al chico anuncio de coca-cola. Y, sobre todo, saca provecho de lo que el destino le va poniendo delante sin ahogarse en las decepciones y con una buena dosis de optimismo. Y esta la gran lección que nos da Mili.
      La doble trama amorosa me ha hecho flaquear en determinados momentos. Lo lógico es lo que ocurre, quizá también lo más justo. Pero ¿qué hubiera pasado si hubiera tenido un final diferente? ¿Hubiera sido menos realista? ¿O tal vez hubiera dado un mensaje más cercano al "propóntelo y consíguelo, no hay límites, puedes ser lo que quieras ser"?. Creo que la autora tenía una difícil papeleta que resolver al crear dos modelos de hombre tan diferentes para una mujer como Mili pero me ha gustado como lo ha resuelto, sobre todo, por la gran lección amorosa del libro: no tienes que cambiar tu piel para satisfacer a la persona a la que amas, no debes moldear cómo eres para adaptarte, tú debes quererle a él y él te debe querer a ti tal y como sois. Sí, puede haber pequeños ajustes, claro está, pero no deben afectar a cuestiones fundamentales para ti, a tu ideología, a tus ideales, a lo que eres por dentro y por fuera.
      Toda esta moraleja, tan actual y tan necesaria, está envuelta con el papel celofán de brillantes colores que le da un estilo muy ágil, los enredos típicos del género (que aportan una gran dosis de humor a la novela) y una narración sencilla que engancha y hace que devores el libro en pocas horas. Algunos pasajes o frases me han parecido de una crudeza cercana a la violencia pero creo que retrata muy bien la dureza con la que las mujeres nos tratamos a nosotras mismas en más ocasiones de las que deberíamos.
     Por lo demás, he visto alguna erratilla y una anacronía: si no me equivoco, se supone que la acción transcurre en 2005 y, sin embargo, cuando habla de la reconversión de la editorial en línea erótica dice que las ventas han bajado, entre otras razones, por la crisis.... pero en 2005 no había crisis aún (ni se la esperaba). Y tampoco le encuentro mucho sentido a la división interior de los capítulos, pero bueno, tampoco me parece grave.
    En definitiva, un libro optimista y divertido, con una moraleja que comparto, capaz de hacer pasar un buen rato a quien le haga un hueco en sus lecturas. Sus capítulos, llamados asaltos, recuerdan la perpetua lucha con o contra la vida, a esas pequeñas batallas que hay que vencer día a día para hacerse con la victoria final: la conquista de tu propia vida, de tu personalidad, del amor, del trabajo, de la estabilidad y de la felicidad.
    Nos seguimos leyendo.   

   Agradezco a Raquel Antúnez la organización del sorteo en el que me tocó este libro y de la lectura conjunta en la que incluyo esta reseña.



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