lunes, 23 de abril de 2012

Feliz día de los libros

   Por hermosas casualidades de la vida, me ha tocado pasar el día con este hombre.



   Y, la verdad, no podía haber encontrado un escritor mejor para compartir este día del libro. García Montero es excepcional. Es gracioso, es tierno, es crítico, es dulce, es veraz, es cercano, es urbano... es un amor. Sabe a Lorca, a Darío, a Salinas, a Gil de Biedma, a Ángel González, a Bécquer, a Machado, a Joaquín Sabina, a Gardel y a Ismael Serrano. Ésas (y algunas más) son sus fuentes y también a quienes ha dado de beber. 
   Oí a alguien decir que el poeta es el literato más generoso, porque siempre presta sus versos. Y me encantó, porque es verdad. La historia de la poesía entabla un diálogo consigo misma a través de las generaciones de poetas que se han ido nutriendo unos de otros. Si sigues la pista, puedes encontrar el sabor de un verso en muchos poemas posteriores, a modo de guiños, de parodias, de homenajes, de críticas... Pero siempre enriqueciendo a la propia poesía.
   En pocos autores como en García Montero he visto yo un diálogo tan amplio y tan rico con la tradición precedente. Un diálogo que, en muchas ocasiones, actualiza y moderniza un género, un verso, una forma poética. Os pongo un ejemplo: ¿os acordáis de las églogas renacentistas de Garcilaso de la Vega, ésas en las que dos pastores más listos que el hambre cantaban los maravillosos atributos de sus doncellas, sus cuitas de amor, sus desgarros y sus alegrías en un paisaje idealizado y con un lenguaje que ya lo quisieran muchos académicos de la lengua? Pues Salicio y Nemoroso, esos pastores-poetas, se convierten en Rimado de ciudad en dos rascacielos que comparten penas a la luz de las farolas de una gran ciudad, enamorados de reinas de la noche, a quienes quieren conquistar.
    Y es que ya lo dice García Montero en otro de sus versos: esto es la poesía: dos soledades juntas. Como la literatura en su conjunto: un remedio contra la soledad, un viaje fantástico, un lugar al que regresar, un amigo que comparte tus problemas, una violenta carcajada, una cálida sensación de abrazo, un puñado de frases que te retratan y te representan y una llave inglesa capaz de abrir todas las válvulas de la imaginación y hacer que corra, fresca, la sustancia de la mente.

miércoles, 18 de abril de 2012

Un libro diferente: "El sonámbulo de Verdún"

   Una amiga me ha pedido que le sugiera libros para hacer un trabajo del máster y le he hecho una lista. El primero era este. Y he pensado en compartirlo también con vosotros, porque me pareció un libro excepcional, diferente a lo que estamos acostumbrados a leer, tanto por el tema y el narrador como por la organización temporal y espacial o el juego que propone. 


   Os dejo la reseña que escribí para Anika entre Libros, a modo de invitación.

EL SONÁMBULO DE VERDÚN, 2011
Eva Díaz Pérez
Editorial Destino
ISBN: 9788423345557
348 Páginas

Argumento
 
     Una bala viaja directa hacia la frente de Jaroslav Smoljak, soldado de la I Guerra Mundial. Pero la flexibilidad del tiempo nos permitirá conocer su historia (y la de muchas de las personas a las que conoció y la de gente a la que no conoció y la de gente a la que no conocerá pero a la que está unida por los hilos invisibles de la Historia) en los segundos que la bala tarda en llegar a su destino. “El sonámbulo de Verdún” teje las vidas de muchos de los protagonistas (héroes o víctimas, o las dos cosas al mismo tiempo, porque todo es posible) para presentar un esbozo de lo ocurrido durante la Gran Guerra y, lo que es más interesante, de lo que todavía supone hoy en día.
 
             Reseña

    Piénsalo durante un segundo: ¿qué es para ti la I Guerra Mundial? ¿Una guerra que cambió la historia de Europa? ¿Una guerra que transformó el mundo tal y como era conocido hasta el momento? ¿La última guerra romántica? ¿La primera guerra moderna, con estrategias, armamento, tácticas y demás parafernalia bélica novedosas… al menos en uno de los bandos? ¿Un tema del libro de historia? ¿La pregunta de un examen? ¿Un puñado de películas? ¿Alguna novela? ¿Los recuerdos que trajiste de algún museo que has visitado? ¿La conmoción que te ha podido producir alguna presentación artística, tal vez una performance, sobre ella? ¿Una guerra que tuvo lugar en otros países? ¿En otro continente? ¿Que afectó a otras personas? ¿En otro siglo? ¿En otro mundo?
    Y, sin embargo, la Historia sigue tejiendo los mimbres de aquella guerra con los hilos que hoy continúan hilvanando las pequeñas o grandes vidas del presente. Los descendientes de los soldados que lucharon en aquella guerra continuaron protagonizando la Historia europea del siglo XX y todavía hoy escriben el presente de la Europa del siglo XXI. Sus consecuencias (políticas, sociales, económicas, bélicas…) tuvieron repercusiones que llegan hasta nuestros días. Aunque muchas veces no nos paremos a pensar en ello.
    Sobre todo ello propone reflexionar “El sonámbulo de Verdún”. Y lo hace a través del relato de las historias particulares de tres protagonistas de la Historia: Jaroslav Smoljak, soldado praguense que luchó en los dos bandos, blanco de la bala viajera que abre y cierra la novela; Fritz Wolf, artista que desde la actualidad busca las huellas de la Gran Guerra que todavía hoy perviven en los descampados, en las casas abandonadas, en los mercadillos… con el fin de reconstruir lo ocurrido en un magno proyecto artístico que será exhibido en el Museo Mumok de Viena; y Klaus Werger, niño imaginativo, joven de extraordinario talento narrativo y adulto que da la espalda a las palabras, que acabó comprendiendo que los héroes que él fabricó en sus textos son en realidad las grandes víctimas de una guerra ya olvidada. Tres protagonistas, con tres historias diferentes, en lugares distintos, con preocupaciones diversas pero a los que los hilos invisibles del tiempo pone en contacto sin que ellos lleguen a sospecharlo. Sólo nosotros lo sabemos.
    Estas tres grandes historias conforman el esqueleto de una novela que cuenta más, mucho más: la historia de un imperio que se desintegra, la historia de dos ciudades (Praga y Viena), la de muchos de sus habitantes, la Historia que se vive en las trincheras, las historias que se cuentan para vencer el miedo, las historias (reales o inventadas) que perviven, las que ya se han olvidado, las que luchan por ser rescatadas, las que jamás lo serán.
    La guerra concebida como espectáculo, la vida presentada como un juego de azar, la Historia mostrada como una línea flexible del tiempo.
    Esta flexibilidad del tiempo será una de las grandes bazas que jueguen a favor del estilo de la novela. Así, los saltos en la cronología de los hechos y en el espacio serán continuos. No sólo motivados por el cambio de protagonista, sino también dentro de la propia historia de cada uno de ellos. El narrador presenta así una amalgama de sucesos desordenados, caóticos que sólo siguen la lógica de los hechos y sus consecuencias; de lo que ocurre y lo que ocurrirá.
    El tiempo de la guerra es el presente, nos repetirá constantemente el narrador. Por eso, los fragmentos escritos en presente se alternan con un pasado poblado de recuerdos en un viaje que llega hasta el futuro. Pero un futuro relativo (como todo tiempo) porque es futuro desde el momento en que se narra, pero puede ser ya pasado respecto a nosotros. La flexibilidad del tiempo, de esos segundos infinitos durante los que la bala viaja hacia la cabeza de Jaroslav, queda de nuevo reflejada en la construcción narrativa y estilística de la obra.
    Además de esta flexibilidad, de estos juegos temporales, de estos vaivenes de la historia, uno de los grandes aciertos de la novela es el manejo del narrador. Es un narrador omnisciente, que conoce todo lo que ocurre en la historia contada, que presenta hasta la conciencia, los miedos o los sueños de cada protagonista. Pero es un narrador que aparece constantemente, que se nos hace presente a los lectores para guiarnos de la mano por los vericuetos de la Historia, por las calles de Praga, por el laberinto de los recuerdos, los rostros y los nombres. Es un narrador que nos introduce en el relato, que nos invita a guardar silencio cuando el protagonista duerme, mientras nos colamos en sus sueños. Es un narrador maestro de ceremonias, el game máster de un juego de rol, el presentador de un circo, el titiritero que maneja las cuerdas de la marioneta, que se sitúa por encima del tiempo para llevarnos aquí y allá, hasta componer el cuadro completo de lo que la autora nos quiere presentar.
    Un narrador que también reflexiona sobre la propia narración, sobre lo que debería o no debería contar en un momento determinado y qué soporte narrativo debería utilizar para conseguir el mayor efecto literario. Un narrador que presenta una realidad plagada de irrealidad, una realidad por cuyas rendijas se cuelan hechos sorprendentes, sucesos mágicos, acontecimientos extraordinarios (fantasmas que pueden tocarnos, calles que se esconden, ciudades que se transforman, relojes que se paran). Y es que la reflexión sobre la realidad y la ficción, sobre la literatura y la historia, sobre lo que fue y lo que se recuerdan también está muy presente en toda la novela.
    Junto con el manejo del narrador, también resulta impactante el tono utilizado para contar los hechos que van ocurriendo. En realidad, no se trata de un único tono, sino que (casi como la misma personalidad que podríamos atribuir al narrador) va cambiando: de cruel (sobre todo ante la frivolidad con la que a veces se aborda el tema de la guerra) a resignado; de descreído a esperanzado; de rabioso a comprensivo, tan acostumbrado como dolido por las pérdidas que supone cualquier conflicto bélico.
    Para completar la estampa, la autora utiliza en muchas ocasiones imágenes muy bellas, muy poéticas, tan violentas como efectivas, como esa metáfora de la I Guerra Mundial como gran tijera que llenó de cicatrices Europa.
    En definitiva, es un libro sorprendente, tanto por el tratamiento de la guerra como por los recursos estilísticos empleados. Es cierto, como la propia autora pone de manifiesto al final de la novela, que el mundo centroeuropeo es bastante desconocido en España pero, quizá por eso, me ha parecido aún más interesante. Y me han fascinado las conexiones entre el pasado y el presente, entre los personajes, entre los protagonistas de las historias y los protagonistas de la Historia, entre las fotografías y la realidad.
    Y como la flexibilidad del tiempo es el eje sobre el se va deslizando la novela, esta historia de comienzos del siglo XX cuenta con el apoyo de los recursos de comienzos del siglo XXI, en este caso, un blog en el que la autora ha incluido fotos, filmografía, música y diferentes pistas para poder interpretar y compartir el juego que nos presenta (Uno: abrir el libro. Dos: tirar los dados. Tres: leer).

   Nos seguimos leyendo.

domingo, 8 de abril de 2012

ClaraSanchezizada

 

 
   Llevo unos días mordiéndome la lengua porque no podía hablaros de esto antes de que lo publicara Anika (claro). Pero ahora que a está en su web, os puedo contar la maravilla de mujer que me parece Clara Sánchez y cuánto me gusta lo que escribe.
   Muchas veces, me pedís consejo sobre qué libro leer. Y, la verdad, no es tarea fácil, porque depende de los gustos de cada uno, de vuestros géneros/autores/temas favoritos, de la actualidad, de qué ande yo leyendo en esa época y hasta del estado de ánimo de cada momento. No os extrañéis. Pensadlo. A mí me ha pasado ya varias veces: leo un libro (y se puede extrapolar a una película o una serie de televisión o un canción…) en un determinado momento y me llega, me dice algo, me mueve por dentro, me gusta… me encanta. Sin embargo, lo leo en otro momento… y no me dice nada.
   Pues Clara Sánchez yo creo que es una autora “comodín” que se puede recomendar a cualquier persona y en cualquier momento porque siempre vas a sacar algo de sus libros. Aunque sólo sea la anécdota… o un personaje… o una frase lapidaria… Pero siempre hay algo que se quedará contigo.
De todo esto hablo en el artículo sobre la presentación que he hecho para Anika, así que (obviamente) os recomiendo que lo leáis ;).
   Entra en mi vida. Así se titula la nueva novela de la guadalajareña. Y el tema, no podría ser más actual: los niños robados (tema que merece un post para él solito, porque me parece una de las tramas más deleznables de la historia de España, una trama que socava la confianza de la sociedad en las instituciones en las que, precisamente, más “confiables” son: la iglesia y la sanidad). De momento sólo he leído los primeros capítulos, porque tengo una pila de libros para leer que… bueno ya os la enseñaré un día de éstos, a ver qué pensáis. Pero debo confesar que tuve que hacer un esfuerzo enorme para no continuar, porque en tan sólo unas páginas, la historia ya me tenía atrapada.
   Hasta ahora, he leído tres novelas de Clara Sánchez:
   Un millón de luces: la leí hace ya bastantes años y aún recuerdo al protagonista y su entorno. Fue premio Alfaguara de Novela en el año 2000.
   Presentimientos: pese a su aparente sencillez, es una obra que guarda mucho dentro. Entre otras cosas, un acto de amor y coraje que yo no sé si podría consumarlo si me viera en el brete en el que se encuentra el protagonista (y toco madera).
   Lo que esconde tu nombre: Premio Nadal de 2010, ahonda en la realidad de los nazis que aún viven en las costas españolas, llevando una vida absolutamente feliz, a pesar de los muertos y el sufrimiento que cargan en sus espaldas. Me parece una novela redonda y el tema me dejó tocada, de verdad, porque yo no había pensado nunca en ello. Me parece que Clara fue muy valiente al hablar de ello, máxime cuando (según contó en una conferencia) llegó a recibir amenazas de ese entorno. Pero no sólo los nazis y sus víctimas son protagonistas de este libro. También hay otros temas, todos ellos humanos, de esos que todos hemos vivido, pensado o sentido alguna vez. O de esos que algún día nos asaltarán, cuando el tiempo pase y nuestra vida cambie y nuevas preocupaciones lleguen a nuestro día a día.
   En definitiva, que me parece una escritora magnífica, que empieza ahora a tener el reconocimiento y las ventas que merece. Y en persona… es deliciosa. Es sencilla, es sincera, es amable, es comprometida y siempre está dispuesta a echar una mano. Yo ya lo he comprobado varias veces: cuando trabajaba en el periódico, que siempre que tirábamos de ella nos respondía; y el otro día, en la presentación, cuando le pedí un favorcillo personal (un valoración que necesitaba para mi Trabajo Fin de Máster) y me hizo un hueco (al acto/comida asistieron 35 medios y todos o casi todos querían hablar con ella en exclusiva, más allá de las palabras de recibimiento) para contestarme.
   Si os ha picado la curiosidad, os dejo varios enlaces para que sigáis descubriendo cosas sobra Clara Sánchez:
   Mi presentación para Anika
   La página web de Clara Sánchez (además de recortes de prensa e información sobre “Entre en mi vida”, también tiene una sección en la que la autora recomienda libros, películas, música…)
   Su perfil en Facebook.

   Pues nada, a ClaraSanchezizarse como yo!
   Nos seguimos leyendo.

jueves, 5 de abril de 2012

En la encrucijada

   

   El mundo ha cambiado y los periodistas (o, por lo menos, las empresas periodísticas) parece que nos negamos a reconocerlo. Ya no buscamos noticias, esperamos a que nos lleguen, a través de las redes sociales, de Google Reader, de Blogger... Hemos seleccionado los temas que nos interesan y no recibimos nada ajeno a ellos. ¿Para qué vamos a comprar un periódico de 56 páginas si sólo nos interesan ocho?
    La revolución digital ha llegado y nos ha pillado con la crisis al aire. Preocupados por mantener puestos de trabajo, no hemos visto lo esencial: el radical cambio en la forma en la que la gente se informa. Ahora son potentes ordenadores los que realizan miles de operaciones para contextualizar las noticias y para ofrecer a cada uno la información que precisa y agradece. Son las máquinas las que se encargan de la edición de las recopilaciones informativas. Ahora sí que no hay lugar para la subjetividad, nada más objetivo, inmaculado y aséptico que un ordenador. Pero, también, nada más inhumano.
  Y ni siquiera cabe el consuelo de que, al final y al cabo, esa información que recibimos en nuestros dispositivos está elaborada, en última instancia, por alguien: en la mayoría de los casos, no son periodistas los que la redactan. Son aficionados, expertos en cualquier campo, conocedores de alguna especialidad, que tienen algo que contar y se toman la molestia de hacerlo.
  ¿Habrá comenzado ya el final de la prensa? En este video la dan por finiquitada para el 2015. O mucho cambian las cosas…. o tal vez tengan razón.

Nos seguimos leyendo.
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